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¿Cuántos días te quedan? Reflexiones del año que se va

Cada año que se cierra, también se cumple. Para bien o para mal, lo importante es llegar al final.

Este 2025 puedo resumirlo en un vaivén de cosas que no alcanzaría a terminar de describir, pero con la mente puesta en 2026, he aquí algunas reflexiones que me vienen a la mente en este momento.

Es tarde-noche del lunes 8 de diciembre de 2025, acaba de iniciar un atípico y torrencial aguacero. Objetos se azotan por la calle, pues el viento parece más un tornado digno de cualquier verano, generando un ruido bastante molesto para escribir, sin romantizar eso de escribir cuando llueve.

Lo que ha sido este año, ha sido inesperado, un poco aburrido en general, pero avanza tan rápido y se va así de rápido como llegó. Y, para sorpresa de nadie, el tema conversacional es ese: se fue volando el año. Sí, uno más y sí, más rápido que el anterior.

Hace algunos años pensaba, ¿cuántos días tenemos de vida? Según calculé, si bien te va hasta la longevidad, unos 25 mil días, algo así como unos 68 años. Y, cuando la gente dice: al fin es viernes. Qué padre, pero esa frase lleva repitiéndose cada semana sin darnos cuenta que esa alegría, también conlleva a que se nos acaba el tiempo.

No quiero sonar aguafiestas, ni nada por el estilo, simplemente pensaba en que la alegría en que llega un día significa que también nos acercamos al final de nuestros días. Desde aquél primer «por fin es viernes» hasta la fecha, deben haber transcurrido unas 800 semanas,

Aquí viene lo importante: ¿estás feliz con lo que has logrado hasta ahora? Un año más se va y en mi caso, estoy contento con la vida que llevo. Afortunadamente, no solo soy un ermitaño hogareño, también sé moverme cuando las cosas no me gustan.

Así dejé mi trabajo de 17 años, sin remuneración debida, pero hoy me siento contento y tranquilo con mi decisión, pues de no haberla tomado, quizá seguiría ahí, infelizmente esperando a que me corran para cobrar un miserable cheque.

A cambio, decidí soltar, una decisión que parecía estúpida en principio, pues habría que sobrevivir con los ahorros. Pero me permitió soltar el estrés, el ritmo, dejar atrás malas personas y situaciones que sin darnos cuenta nos tienen atorados.

Ser el héroe de nuestra propia película es lo mejor, porque debemos tomar las riendas, pero también aprender a dejar fluir las cosas. Porque lo que no es para ti, no lo será nunca. Por lo tanto, me siento un mucho con suerte de estar en donde estoy, de tener lo que tengo y por supuesto, sin las malas decisiones y las necesarias derrotas, no sería quien soy.

Y a ustedes, ¿cuántos días les quedan?


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