Cuando me pican las costillas, también puedo escribir lo que sea.
Un estímulo de WordPress
Esta pregunta es muy sencilla de responder para mí. Y es que no tiene nada que ver con estatus económico, nivel de educación ni gustos por la moda, sino con algo mucho más práctico y personal.
Si tuviera que elegir solo una indumentaria para siempre, sería una sencilla camisa de algodón, chamarra, unos jeans, calcetas, calzones, gorra o sombrero y zapatos o tenis, todo en color negro. Sí, todo negro. Aquí entre nos, es mi tonalidad favorita.
¿Por qué el negro? Porque es una elección simple y práctica. Esta ausencia de color me permite moverme cómodo sin preocuparme tanto por la limpieza —ojo, que no significa que no lave mi ropa—, pero es un color que disimula mejor el paso del tiempo y el uso diario. No lo nieguen: yo lo sé, y ustedes también.
Pienso que este outfit es increíblemente versátil. Por un lado, en tiempos difíciles —como una situación extrema o de guerra—, el color negro es el camuflaje perfecto para moverse por la noche entre trincheras sin llamar la atención. Por otro lado, en la rutina del día a día, es la opción más sencilla para salir a hacer ejercicio o resolver pendientes sin pensarlo demasiado.
En mi experiencia, vestir siempre de negro me ahorra tiempo, dinero y esfuerzo en elegir qué ponerme. Valoro mucho la comodidad y que mi ropa sea lo último en lo que tenga que pensar cuando empiezo el día. Además, que sea simple no significa que sea descuidado: la ropa negra bien cuidada es práctica, elegante y nunca pasa de moda.
En definitiva, para mí usar ropa negra es una elección funcional que difícilmente alguien pensaría dos veces en imitar. No es solo una opción para vestir en funerales ni una moda pasajera, es una forma sencilla de vivir el día a día sin complicarse.
¿Y tú? ¿Te atreverías a simplificar tu armario y vestir solo de negro?



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